Al principio del curso, los profesores nos explicaron de que trataba esto de Bachiller. Claro para nosotros muchas cosas eran nuevas, empezábamos a oír la palabra PAU (Pruebas de Acceso a la Universidad y mucha gente se asustó, el primero yo, ya que el nivel que nos requerían era inalcanzable a primera vista. Pero empieza a funcionar ya la primeras clases de Bachiller, quien lo diría cuando hace nada pasábamos de primaria a ESO, y nos creíamos los reyes del mundo, y ahora estamos ya estudiando por voluntad propia, bueno a lo que decía, veíamos que en el nivel de exigencia de los profesores, y empezábamos a aprender asignaturas totalmente nuevas para nosotros, como por ejemplo; Economía, Dibujo Técnico y la bien odiada Filosofía. Nos empezábamos a dar cuenta que todo esto con un trabajo constante era posible de conseguir, ya estábamos pillando el ritmo del curso, haciendo parciales, trabajos, deberes, etc. Cuando de repente nos fijamos que no queda nada para los exámenes de Interevaluación, no eran unos exámenes cualquiera sino que esos exámenes iban a tener la misma estructura que la Selectividad, es decir, una hora y media para cada examen, y nueve exámenes en tres días, solo fuimos esos días a clase para hacer los exámenes.
Al principios pensaba que se me haría eternos y difíciles de sacar, sin embargo, luego me doy cuenta de que si estudiabas con antelación y te organizabas el tiempo podría obtener buenos resultados, esos tres días se me pasaron volando, cunado acabe el último examen el viernes, mi cerebro parecía una olla a presión porque llevaba mucho tiempo sin pensar tanto.
Empecé a recibir algunas de los exámenes y, la verdad es que conseguí los resultados que quería para esta primera tanda masiva de exámenes, ahora hay que pensar en la segunda, con la tranquilidad y constancia aprendida estos primeros días en Bachiller.
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